Artículo publicado en Formación a profesionales Psicología clínica en 11 marzo, 2015 por Centro Acadia
La memoria es una capacidad cognitiva superior que supone la habilidad para almacenar y recuperar información. Este proceso es fundamental para la adquisición de nuevos aprendizajes.
Según el desarrollo evolutivo de los procesos de memoria, durante los primeros meses de vida parece que los niños ya manifiestan una memoria pre-explícita, en la cual reconocen acontecimientos vividos con anterioridad. Antes de los 6 años los niños presentan una memoria autobiográfica sobre acontecimientos pasados, aunque no son capaces de almacenar información de forma deliberada. Es a esa edad (6 años) cuando se completa la maduración de los sistemas de memoria y se les puede demandar a los niños que almacenen información de forma consciente.
Existen muchos tipos de memoria, según el criterio de clasificación que utilicemos. Por ejemplo:
Si atendemos a tipo información que se conserva podemos diferenciar entre:
- Memoria episódica, procedimental o semántica:
- Memoria episódica: Recuerdo de acontecimientos o hechos pasados.
- Memoria semántica: Recuerdo de datos u otro tipo de información.
- Memoria procedimental: Tiene que ver con las destrezas o habilidades aprendidas, y se activa de manera automática e inconsciente en forma de secuencias motoras o estrategias cognitivas (por ejemplo montar en bicicleta).
- Memoria verbal o no verbal:
- Memoria verbal: La entrada de la información se produce por el canal auditivo.
- Memoria no verbal o visual: El estímulo que se va a almacenar es visual.
Si atendemos a cómo se conserva la información:
- Memoria de trabajo o a largo plazo:
- Memoria operativa o de trabajo: Es la memoria a corto plazo, relacionada con la capacidad de mantener en la mente los elementos que son relevantes para la tarea en curso a medida que ésta se va realizando
- Memoria a largo plazo: Se refiere a cuando almacenamos datos que necesitamos recuperar a largo plazo.
El proceso de memorización requiere recibir la información a través de un canal (auditivo, visual, etc.), almacenarla y recuperarla cuando sea necesario.
Teniendo en cuenta este esquema, para que pueda producirse el recuerdo es fundamental tener acceso a la información que se pretende recordar. Por tanto, necesitamos prestar atención al estímulo, siendo la capacidad atencional un aspecto básico en el proceso.
En niños con dificultades atencionales se observa limitada la capacidad de memoria, entre otras cosas por problemas en la entrada de la información, y de manera más acusada cuando el canal utilizado es el auditivo (más volátil) en detrimento del visual.
En niños TDAH también se aprecian dificultades en el funcionamiento ejecutivo, capacidad cognitiva superior ubicada en la corteza prefrontal del cerebro, y en la que está implicada, entre otras capacidades, la memoria operativa o de trabajo.
Al igual que en el TDAH, existen otras patologías en las que la memoria se encuentra comprometida: En los niños con Retraso del Lenguaje y/o el Aprendizaje, suelen observarse dificultades en la memoria secuencial auditiva, que es aquella memoria de carácter verbal que implica recordar la información en un orden determinado.
Evaluación de la memoriaExisten diferentes pruebas psicométricas que nos permiten valorar los procesos de memoria en los niños:
- Memoria de Trabajo del WISC-IV (Dígitos, Letras y Números): Consiste en memorizar y manipular elementos (dígitos y letras) y decirlos en un orden dado.
- TAVECI: El niño debe memorizar 15 palabras en 5 ensayos. De esta manera, se pueden analizar, entre otros, datos referentes a su curva de aprendizaje (ver si se incrementa el número de ítems recordados a lo largo de los ensayos), retención de la información a corto y largo plazo, uso de estrategias para el recuerdo y susceptibilidad a la interferencia).
- TOMAL: Esta prueba distingue entre el desempeño del niño en tareas de índole verbal y tareas no verbales. Además, ofrece información sobre el recuerdo demorado o a largo plazo.
- Figura de Rey: Consiste en la copia de una figura compleja y, posteriormente, su reproducción de memoria; ofreciendo datos relacionados con la memoria visual del niño.
- Bus Story: El terapeuta cuenta una historia y el niño debe repetir esa misma historia, ofreciendo información de su memoria verbal (narrativa).
Una vez administradas las pruebas, se deben analizar los resultados y valorar en qué proceso de memoria está fallando el niño para plantear unos objetivos de intervención adaptados a las dificultades que presenta.
Los diferentes aspectos de la memoria se pueden trabajar de distintas maneras, como por ejemplo:
- Para estimular la memoria visual:
- Jugar al memory con tarjetas donde el mismo dibujo se repita dos veces. Colocarlas boca abajo y levantar en cada turno dos tarjetas con el objetivo de hacer parejas.
- Presentar distintos objetos que deberá agrupar por familias semánticas. Retirarlos y pedirle que diga el grupo y que enumere los objetos. (por ejemplo: lápiz, horquilla, bolígrafo, goma de pelo, etc. Que deberá agrupar como “material escolar” y “objetos para el pelo” y recordarlos después).
- Para estimular la memoria secuencial auditiva:
- “A una isla desierta me llevaría…” cada jugador deberá repetir las palabras que previamente hayan dicho el resto de compañeros y añadir una nueva. No hace falta que las palabras tengan relación con la temática, pues el objetivo, en este caso, es memorizar el mayor número de palabras que se pueda.
- Repetir y aprender canciones, rimas o adivinanzas de dificultad creciente.
